Ecología Política y Etnobiología
Jialiang Gao, www.peace-on-earth.org
GFDL/CC-by-sa-2.5
A lo largo del seminario hemos discutido acerca de la evolución de la etnobiología, desde sus principios como generador de inventarios extractivos, su tránsito hacia la economía botánica, la revolución cognitiva y los tiempos actuales. En este transitar, la disciplina ha pasado de una fascinación por los asuntos y conocimientos indígenas, hasta un plano de cierta madurez que, en palabras de Stanford Zent, ha llevando a algunos autores a sugerir que los estudios etnocientíficos merecen ser reconocidos como un campo de investigación interdisciplinario floreciente que ofrece muchas ideas teóricas, prácticas y nuevos esquemas éticos.
Es quizá en este llamado hacia nuevos esquemas éticos que los etnobiólogos (sensu lato) han insertado (tal vez desde la primer Declaración de Belém) un componente político robusto en sus prácticas, discursos y posturas. No conformes con manifestar los objetivos y alcances políticos de la etnobiología, cada vez son más los autores que intentan cribar este campo del conocimiento con el de la ecología política. Valdría, tomando en cuenta lo anterior, preguntar entonces (sensu Wolverton, S., Nolan, J. M., & Ahmed, W., 2014) si la etnobiología representa un campo consolidado, si sus intereses son comunes y concretos y, finalmente, si hay, dentro de esta, un alineamiento tal con la ciencia positivista que permita visiones holísticas, humanísticas y plurales.
Más allá de la etnobiología, es importante reconocer que la ecología política es un campo de miradas tan diversas que muchas de las veces los críticos (cf. Walker, 2005) preguntan: ¿Dónde está la ecología? Otras críticas (cf. Walker, 2007) preguntan por la falta de visión política. Por último, habrá quienes critiquen la utilidad del campo por completo (cf. Vayda & Walters, 1999) haciendo énfasis en que los cambios en el medio ambiente ni son todos ecológicos ni son todos políticos, sino parte de procesos y/o, más importante, eventos. Además, es claro hay una distinción, que ocurre caso por caso, entre las formas culturales y biológicas en que se manifiesta la conservación.
Mediante los textos que presentan Wolverton, S., Chambers, K. J., & Veteto, J. R. (2014) parecería que no es necesaria una visión desde la ecología política para que la etnobiología incida en temas urgentes como el cambio climático. No obstante, dicha presentación también nos hace conscientes de la multiplicidad de disciplinas; biología, antropología, geografía y ecología, que se mezclan con conocimiento local y tradicional en un ambiente intercultural y eso abre la puerta a que cada interpretación ecológica, desde cada disciplina y cada cultura, tenga un peso político y una carga ideológica y de ahí, otra vez, quizá se sugiera la necesidad de una ecología política dentro de la etnobiología y sin embargo, tanto Armstrong, C. G., y Veteto, J. R. (2015) como Nabhan, G. P., Wyndham, F., y Lepofsky, D. (2011) se inclinan por proclamar a la etnobiología como eje para complementarla con otras disciplinas en pos de la justicia social, la conservación ambiental y la solución de crisis de diversas índoles.
Así, en esta sesión deberemos pensar:
1. ¿Qué es, de dónde viene y cómo se trabaja dentro del marco de la ecología política?
2. ¿Es viable una fusión entre ecología política y etnobiología, por qué?
3. ¿Entre la literatura hasta ahora revisada para el seminario, qué obras considera usted que corresponden a un enfoque de ecología política y por qué?
4. ¿Cómo podría usted integrar la ecología política a los resultados de investigación de campo contemplados para esta materia, tanto la salida al mercado como la del Cerro Grande?
5. ¿En qué fase de la etnobiología colocaría Eugene Hunn la hibridación de etnobiología y ecología política, cómo difiere Hunn de los criterios de Stanford Zent?
Comentarios
Se muestran como una siguiente fase de las ciencias y se debaten en los términos de la transdisciplina y nuevas racionalidades técnico-científicas, altamente influenciadas e impulsadas por los desarrollos tecnológicos; esta vez no se trata de una revolución de las ciencias de carácter netamente epistemológico, ahora es el componente ético el que se encuentra en el centro del debate y del que provienen todos los cuestionamientos más agudos. Cómo conocemos y el acrecentamiento de la frontera del conocimiento no es más el problema, nos amenaza lo que hacemos con lo que sabemos, y las ciencias no pueden mantenerse por más tiempo al margen con el argumento de la neutralidad y la objetividad.
En síntesis, este movimiento ético-epistemológico transdisciplinar puede tomar múltiples formas pero sus bases son: superar el cisma ontológico y devolverle la complejidad a los fenómenos observados, reconocer la diversidad de los sistemas de pensamiento que dan origen a conocimientos locales, y finalmente entender que no hay objeto de estudio (por más estrictamente físico o material que pueda parecer) que no tenga un componente político. Los cruces entre métodos, teorías, objetos de estudio o el surgimiento de híbridos conceptuales son posibles para todos los campos disciplinares, tal como sucede con la ecología y la política podría darse (y es cada vez más urgente) entre astronomía y política, por dar un ejemplo de aquellos campos disciplinares que parecen más alejados de fenómenos sociales.
El encuentro entre Ecología Política y Etnobiología se presenta según Wolverton, Nolan & Ahmed (2014) a partir del abordaje que los etnobiólogos sobre la conservación biocultural a través de las divisiones de la ecología política, que abarcan las relaciones entre humanos y el medio ambiente, objeto propia tanto de las ciencias naturales y las ciencias sociales. La comprensión etnobiológica del conocimiento ecológico tradicional es científica, y lo aborda desde la ecología política sobre formas culturales y biológicas de conservación. Particularmente a Etnobiología intermedia entre los enfoques antropogénicos y de la biodiversidad sobre la relación sociedad-biota, reconociendo el Conocimiento Ambiental como material de estudio, incluso el de origen occidental, además del tradicional (indígena, campesino, afrodescendiente).
Para Hunn (2007) la hibridación, o a nuestro criterio aproximación, de la etnobiología a la ecología política, puede ubicarse en fase 3, debido al énfasis de los estudios en consideración de un enfoque ecológico amplio; además por la vinculación abordada entre el conocimiento y la acción sobre los recursos y el manejo del hábitat entre grupos humanos. Este acercamiento se propone el estudio no solo de las plantas a través inventarios (fases 1 y 2), sino, sobre el conocimiento el geosistema y ecosistema, y de la ecología cultural de los grupos humanos tradicionales gestores de la biodiversidad en interacción con su propia diversidad cultural. Por su parte para Zent (2009) la aproximación de la etnoecología a la ecología política puede revisarse en la etapa del estudio del Conocimiento Indígena como un “discurso ecopolítico crítico”, que apela a la protección de la diversidad biocultural, desde el campo de la incidencia política.
Junto a ello, es necesario agregar que la etnobiología, como ciencia que está en la búsqueda de comprender los distintas maneras no occidentales de uso, manejo y preservación de la biota integrado en dimensiones sociales y culturales, está entrando en una fase en la cual irá trabajando con otras disciplinas y enfoques, para enfocar estos problemas en una sociedad global (Nabhan, 2011).
Es posible que las características que requiera el entendimiento hacia una ecología política de la sociedad global pueda desarrollarse más allá de lo que pueda hacer la etnobiologia; desde los plateamientos epistémicos y ontológicos que puedan darse hacia nuevas conectividades encontradas en la «frontera ambiental» (Zimmermer, 2007), van integrandose otras disciplinas no para ver «quien lidera a quien», sino para auxiliarse y tener una visión más holística de la problemática.
Junto a ello, es necesario agregar que la etnobiología, como ciencia que está en la búsqueda de comprender los distintas maneras no occidentales de uso, manejo y preservación de la biota integrado en dimensiones sociales y culturales, está entrando en una fase en la cual irá trabajando con otras disciplinas y enfoques, para enfocar estos problemas en una sociedad global (Nabhan, 2011).
Es posible que las características que requiera el entendimiento hacia una ecología política de la sociedad global pueda desarrollarse más allá de lo que pueda hacer la etnobiologia; desde los plateamientos epistémicos y ontológicos que puedan darse hacia nuevas conectividades encontradas en la «frontera ambiental» (Zimmermer, 2007), van integrandose otras disciplinas no para ver «quien lidera a quien», sino para auxiliarse y tener una visión más holística de la problemática.